viernes, 9 de diciembre de 2011

La meditación del ser / poemario


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Carlos López Dzur
La meditación del ser
California


INDICE


El anciano
El camino
El lamento
El acusador
¿Hasta cuándo?
¿A dónde se va la esperanza?
¿Por qué no me quitas el pie de encima?
La carga de la pesadez
El silencio del ave
El evocador de la asociación originaria (Urassoziation)Tedium vitae
Bajé al desfiladero
Diálogo con Siva en el invierno


* * *


EL ANCIANO

Se va a sentar allí con la mirada en alto.
Siempre la Luna lo llama cuando amengua el día.
Será la luna quien se lleve su edad; proveerá
su plenilunio de penumbras; con un rayo de luz
dará la despedida y lo acomodará en el Seol.

Se va a quitar de allí, comiendo menos.
Todo nervios es. Tiemblan sus manos.
Sofocada está su voz desde hace años,
pero hablará sobre el noveno septenario.

Alegrías vivió; lo más amado se fue
antes que él; otras, vivas memorias, se alejaron.
Dice que un viejo de Antiguas Saturnalias
le dejó vivir y le hizo ver tanto.
Inventaron distancias y separaciones...

Cumplió ya... 63... lo suficiente; él comenzó
la edad con prisa, así querrá continuidad.
Las ganas de vivir reciprocan la muerte.
Aprendió poco y sus límites tiene.

Está enfermo y solo. Y, dulcemente admite:
«63 está bien. Ya no quiero vivir más».
Antes de acostarse consultó la Anciana
de los cielos, Selenita, y le dijo: «Ya voy».

3-12-1995

*

EL CAMINO

A Franz Kafka (1883-1924)
¿Quién iba a pensar que llegaría
a este trecho? Y no sabría ni cómo ni por qué
se atravesó el enemigo, el peor de todos,
el orgullo del ego, la duda, el alma misma.
La sombra quebradiza, el alter ego
encizañado en angustia.

Todo su mágico realismo
se me escupe en la cara.
Toda la desilusión de la miseria
la deja y restrega en espejismos.
La empaca en la tristeza obvia de mi elegía.

Me dio su carnet identitario, clavó un número
de Caín donde mi piel es pública y visible y agria
y metió en mi bolsillo su irrupción y lo hallaría,
mordiendo en mí, repentinamente inesperado,
gritando a las burocracias quién soy,
traicionando secretos y promesas.

Este severo hastío es suyo y la turbeculosis
de ser él me la trajo para ese día marcado
cuando te vence el asombro y el mundarro
es tu cárcel y el esqueleto, un reo
en la ciudad amurallada.

En vano se esperó
del pueblo y su alegría, el corazón
y la esperanza, el discurso de uno mismo
y huellas más claras del camino.

09-09-2000

*

EL LAMENTO

Jerarca del rigor, el poder me sorprendió callado.
Un carro de la guerra por mí llega.
Los que duermen están pidiendo triunfos.
Expían, despiertos en luchas, los que aman.
El karma me encontró dormido
y prevalecen el dolor y la amargura.

¿Quién soportará las pruebas, con qué Job
o lamento pondré mis huesos, con qué arcano justiciero?
Ocho veces me levanto; ocho veces me duermo...

Cuando venga la retribución, ¿cuál será
mi palabra? ¿Qué sólo a miseria me condujo
la miserable Rueda de Fortuna o que el kairós
no llegó nunca, no obstante lo esperaba?



*

EL ACUSADOR

Acúseme quien sea el más excelso
de los hombres, el más ángel y más cristo.
Diga que he sido un vagabundo.

La verdad me sangró los talones;
rompió mi boca y mis dientes,
caída tras caída y jetón, en la sombra,
me asomo a los espejos
y digo: «¡Cuánto cuesta una pizca sencilla
de tu esencia, un verso dulce
accesible a Tu Nombre y Cercanía!»

Acúseme de una vida mal organizada
(de mirar al tiempo por encima del hombro).
No soy el más feliz, nunca lo he sido.

Nada dejo, a excepción de mis mentiras puras,
verdades obsesivas, precarias,
como mis mismos pasos.

20-09-2000

*

¿HASTA CUANDO?

¿Hasta cuándo?: me pregunto.
Hora tras hora, el desconsuelo se extiende.
Ensancha tiempo y espacio.
Asola, me lastima.

Hoy se intensifica la amargura y no escucho,
descreo, a quien no veo y pudo que dijera:
«¡Espera! ¡Espera!», lo ignoro. Lo olvido.

Día a día, con suma y acumulo de todo lo que duele,
me avergüenza vivir sin el mínimo control
y el orgullo tan herido y el corazón obsoleto.

Nada que proyecté o hice produjo un resultado.
No sirvo, fracasé, yo mismo devaluado, errático,
¿será mi culpa?, pregunto. No creí.

Ojos tengo y no veo, ojos que lloraron adentro
y no agraviaron ni al rostro que ya desprecia
la piel humedecida y el gesto amargo.

*

¿A DONDE SE VA LA ESPERANZA?

La esperanza, ¿a dónde fue? Es sorda.
Y la llamé. Junto a la paciencia punza y es
como un parto de profundo asfixia,
vacío lleno de dolor.

Noche a noche sin que nada resulte
las paso. Nada ni en Tu Nombre sucede.
Y me dices, dichoso eres porque lloras.
Dichoso por humilde, dichoso
por pobre desgraciado.

¿Quién entiende y hasta cuándo?
¡Me rindo y me llamas bendito!
¡Qué paradoja que ni la burla perdonas!

¿Por qué me pides fe si llevo meses llorando?
¿Por qué la vida puso su pie en mi cuello?
… así, así, de esta manera que haría
la muerte menos cruel… ¿por qué, infiel,
tardo, sin pensar en lo intenso de mi cuita?

*

¿POR QUE NO ME QUITAS EL PIE DE ENCIMA?

«Dichosos los que lloran, porque serán consolados.
Dichosos los humildes, porque recibirán la tierra como herencia.
Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia,
porque serán saciados»:
Mateo 5:4-6

¿No se entera alguno que el humilde heredará la Tierra
y, aún vivo, sacará el resentimiento de sí,
como excremento y querrá ser dichoso de veras?

Entonces, ¿quién se autorizó a herir de este modo,
así, así, al ignorante y al más pobre, hoy caído?
¿Por qué no recuerdas tú la promesa de dicha?
¿Por qué no me quitas el pie de encima?

¡No me abrazas! Será porque ahora no supe quererte,
será porque el rencor se reconcentra y se desplaza
y se revienta en mí. Aún no cesan las horas del reloj.
El karma, su dolor, la incertidumbre…

Aún no se inventa el milagro ni la maravilla.
El pobre espera, en hambre y sed, y la justicia,
entretanto, no llega, demora…

¿Hasta cuándo? Alguién que sepa, ¿lo dirá?
… para quien siquiera está saciado de fe,
para quien en la tormenta siente que va su corazón
¿podrá decirlo? y si la casa de su alma doblándose va,
descosiéndose al viento, ¿lo consolará?
¿Cuándo? ¿Quién? ¿sucederá?

*

LA CARGA DE LA PESASEZ

¿Dejé a otros una razón rememorante?
¿Qué da quien cultivó el olvido?
Nada. No supe lo que es mío.

Y no cobré a ninguno,
pero doy, cuanto puedo, todo.
Que nada sea para mí.

No quiero la pesadez,
el cansancio, la memoria.
Es por ésto que olvido. Por la verdad,
que me sangra, me he vuelto vagabundo.

20-09-2000

*

EL SILENCIO DEL AVE

El secreto quiso ser pájaro poque el Ser dijo:
Existo y el triunfo se durmió en el vuelo
y había un silencio en la sal que era la vida
y una dirección ciega, sin palabras todavía.

No tenías, pobre basca, tu nido.
Sólo eras el dueño de la primera mirada
de las cosas, eras mudo, relámpago.

El pájaro se ensanchaba por los aires,
creyéndose su aliento.Y fundaba la gravedad
con tristes cantos, su trino, su mudo trino.

Y yo aprendí a darte un nombre: triste pájaro,
jaula triste, mi lamento, sed sublime.

9-12-1980

*

El evocador de la asociación originaria (Urassoziation)

En un horizonte de simultaneidad, la mayor irradiación de una luz se transfiere a todo el conjunto. Y lo mismo sucede con respecto a la sucesión: Martin Heidegger
En el subfondo donde estoy,
en esta estructura natal de sedimento,
en este lodazal zorruno de consciencia,
afilo mis uñas, mi oído agudo,
mi mirada torva de intenciones.
Apunta-hacia (Abzielen) aquello que puede ser
cumplido cumplimiento (Erfüllung)
en la vivencia del estar-junto-a-la-meta
(bei-Ziel-selbst-sein), lo alcanzable
(Erzielen), plenificable, distenso.

Tenso, coextensivo, soy el que invoca
[pese a cuanto me aferre algún deseo,
pese a cuanto me tensionen los instintos].
Del toro alado me cuelgo,
alzo ojos por las alas azules del Respiro,
tú, Elohim, de mis pupilas voraces
y los arcángeles de alas purpurinas,
tú, solar querubín de alas de oro.

Es que en mi pantano, me inmoviliza
el consumo de los datos hyléticos
y no lo quiero así y vivo tenso
sin mirar en mi ombligo
lo universal del mundo
sino la atracción que se vuelve
hacia el yo, sin dejar
ese mantra
de presente viviente.

*

LA MARIPOSA Y EL DESTELLO LUMINOSO

En extrañas trayectorias, discontinuas,
en apariencias fracturadas, se me puso;
en el éter que me da memoria,
del bloque extendido de la Cuerda,
el Lazo, el Filamento, la energía indestructible,
yazgo como un niño del cosmos.

En el centro del mandala, doy mis voces
mis saltos, mis miradas, me circulo.
Desde ahí pido el pan y discurso mi sed
y el hambre eterna; desecho los vestidos
de mi temperamento, huyo
de las zonas cavernarias

y los rituales sangrientos del jipucho.
Es preferible que me sostenga
esa cuerda de entropía,
ese lazo que baja hasta mi círculo
(en la tierra espero yo como lampírido)

Una oscilación de maravilla
ordena, alcánzalo,
aférrate a este don que viene
del Destello Luminoso
y voy hacia esa luz como una mariposa,
seducida por el lenguaje visual
y sus colores.

03-12-1994

*

EL LUTO DIARIO

La vida no es ni un día de fiesta ni un día de luto. Es un día de trabajo: Vinet, Ensayo de filosofía moral
Al trabajador más pobre, a quien el luto
ya le dio cicatrices y la vida el hedor de sus pesares,
lo esquivan, lo aparcelan, lo olvidan
como al difunto que se pudre en la tumba,
o el solitario enfermo en la camilla del hospicio.

En vano es que invoque un prójimo
que le tienda la mano. Quien lo mira
a voz sorda se convenció que no existe
o que es indeseable.

Ninguno es más terriblemente condenado.
Ninguno más visiblemente solo y mustio.
La necesidad no es el único reino.

La fiesta del pobre está llena de traiciones.
Con la muerte demagógica baila.
Escucha las canciones y los ritmos
de sus frustraciones.

Con sospechas, a flor del alma, lo saludan
los campadecidos. Con alcohol quiere la herida sana.
Su explotación en olvido; su miseria, atenuada.

El día de trabajo, tras la puerta, lo espera.
Un salario miserable sacude sus bolsillos.
Un cansancio de años despierta su mañana
y se eterniza en la tarde y en la noche.

*

LE HABLARAN SOBRE ESPERANZAS

Luego le hablarán de esperanza, discurso
sobre el placer posible, cumplir con los deberes
y el negocio moral, mal que bien, sobrevivirse;
pero, el menesteroso sigue en el centro del desastre.

El prójimo no es uno que explica su pobreza.
La lealtad al patrón es imprescindible.
Y lo abandonarán; él mismo se abandona
al trajín de su vida que no tiene extensiones
(él si puede morirse; e ignorarse su muerte).

No ofrecerán una opción afortunada
ni otra justicia armada que él no luche.
Pobre de este pobre sin prójimo extendido.

Es una pieza, la más anónima, la menos respetada.
El es sustituíble. Nadie lo mira al rostro.
Es un número, un número en medio de millones.

22-11-2000

*

SUCEDE QUE TE QUIERO

Tal vez te convencieron de que no cruzo los dedos
para verte, Afortunado, y es verdad.
No toco madera ni por lo malo ni lo bueno.
No invoco el número 7, si se dice tu nombre
con ludibrio, o si con ira te maldicen.

No te imagino ni habiendo sido tú corroborado.
No digo que fuíste latigado en la cruz, muerto
para ser dios en los cielos. Habría sido yo, acaso.

Te quiero ya como lo esperado y lo obtenido.
Te quiero para no tener miedo. Ni a tí ni a nadie.
Si cruzo delante de los gatos negros,
si rompo espejos y abro los paraguas en recámaras,
si el sombrero dejo sobre el lecho y la sal derramada
de algún pote, es porque te quiero y te juzgo
mi alegría, pese a toda torpeza.

Un esfuercillo extra lo hago donde me toque
(tengo que adorar no por impulso público
ni un afán de jactarme en lo oculto).
Es que me da gana... quererte.

*

HABRIA PODIDO NEGARTE

Desde hace tiempo habría podido negarte
con la bocota mía, enseñarte con rabia
mis dientes, matar las mariquitas para que te enojes,
caminar bajo la escalera del ahorcado;
pero no. Anuncio el martes 13
que me gusta tu Sino, que tu fe me pone
azul y rojo, que tu rostro ha sido dulce y grato.

Te quiero como quien mató una marsopa
y ve que nada ocurre; soy quien disperso los alabastros
y después me siento y como el pan, entrelazado
al nombre del séterre, con mi fuerza moral
en beneficio de otros, en confianza
de que en nada ofendo a ninguno.

Contigo estoy acompañado.
Contigo soy un niño, aún no corrupto,
por las supersticiones.

13-4-1999

*

MEDITACION DEL SER

Para aquellos que meditan el ser,
que lo escuchan con la intensa sed
del ser-acompañante
y el hambre de encuentros con la biología,
diré... que existo...
y soy en un pensar determinado.

Medito al ser siéndolo, según lo soy,
y a veces hallándoles a ustedes
en este soluto que persiste,
a pesar de todo,
y que nos lleva a perseguirnos,
a estar juntos
en algún punto del soñar,
en algún espacio del vivir.

La poesía me permite andar despierto
y enamorarme de todo lo que es bello.
La mujer maravillosa está en algún resquicio
de la andanza con misterios llenos de piel,
con belleza llena de cantos.
En todas sus edades ellas afloran
como luz del alba;
se escapan y se diluyen
como plenilunios en los abismos
del amanecer.
Siempre bellas se van
y siempre bellas vuelven.
Todo lo bello me gusta,
¡ellas, sobre todo!
sus pezones, que son ubres de Nut
sobre el círculo del cielo,
sus nalgas redondas
que los tersos firmamentos fincan
para gozo de la varonía, ctónica y telúrica.

Con lindas piernas,
como las niñas tienen, los pasos
pueden ser abundantes como edades
de sol o de penumbra;
los juegos son infinitos, las fases únicas,
las distancias breves, sorpresivas, novedosas.
Y se anhela caminar, deambular el alma
como si todo fuese infinito y color de rosa.
De la mollera al calcañar, sólo se aprende
dicha, error sin desconsuelo,
herida que no sangra,
machuconcillos cósmicos,
asombro crediticio.

¿Y qué tal la voz
cuando el río de las sílabas se abre
entre peñascos su camino refrescante
y en las ortigas del habla y del oír
se cede al cauce, se sumerge todo?

¡Qué bello a la postre nos resulta
la plena comunicación, la sincera fruta
de un conocimiento, la dulce cosecha
del que dice te quiero,
me gustas,
qué buena onda,
qué padre, ay, maravilla,
qué bellos los que anhelan,
los que dilucidan,
los que enuncian el porvenir,
los que preguntan con sabiduría,
los que aprueban con sensatez
y los que obsequian,
con solícita cautela,
sin rigor, sin mentira, sin egoica pasión
de truhanes ni vulgar ventanjismo...

¡Qué bellos, me gustan, los quiero,
los bendigo, les festejo, les hablo
con mi canto, humildemente orgulloso
para que no me olviden
y me quieran más!
¡Les necesito!

Y bueno es que estés ahí, meditador del ser,
venciendo la sorda mudez de los ecos.
Que te invites, convocado, a la palabra amorosa,
que traigas tu agasajo de frases
parecidas a las mías, pero con ese toque
que sólo tienes tú, con ese aroma
que sólo transpiras tú desde el fondo mismo
de tu casa biológica, tu viaje
desde el asomo amiótico al ego individuante,
tan bélico por su ruido, simulacrado,
perspicuante, tan transido en sombra
y muerte y angustia y agonía.

¡Pero no estés triste, meditador del ser,
yo amo a los que hablan
hasta en el modo del habla del silencio!

A veces me sorprendo
del aún inagotable todavía-señero
poder-del-ser -romántico,
a pesar de todo y de su frívola fantasmagoría,
romántico (porque tiene mal eco decirlo)
por ponerse una etiqueta de pureza,
sin sustancia,
de espiritualidad en tanganillas,
como estila el zángano en la mufla
de la nada,
sin justificar un soñar en apetito
y ansia y coraje y pasión,
sin atreverse a sustanciar al ego
y reclamar a esa mujer amada
que bendice, en libertad, sus besos,
sus coitos, sus entregas, sus orgasmos
y sin amasarse con su trigo
siendo parte de su pan
y suerte de su destino,
su porvenir y su soluto.

Sí que soy romántico y a veces no
y no me muerdo los labios al decirlo
ni me tiemblan las piernas
ni visto de santurrón en ascuas
al proclamar lo que dicen
los falsos románticos
de esquina, por fornicarios y atorrantes.

A la libertad la forjo con vida,
el amor me lo como con calma,
y soy pan que come pan;
yo soy la risa
y el contento del romanticismo,
no la suicida jornada del desalentado,
no el escudo de cupidines de feria
en el monte, o la plaza, o el casino.

Amo porque quiero liberar.
Amo porque protejo
y ensancho mi horizonte,
mi placer, mi dicha.

¡Sí que soy el caballero del individualismo
hecho de pan y mujer, de niños y de juegos,
de pasión en los cielos y en la tierra.

¡Viva la vida de los hombres auténticos
del mundo, muérase la tirria y sus miserias!
La soledad no me aterra,
yo no creo que haya soledad ad infinitum;
mas sí, hay fracasos y desilusiones,
pero nunca se es romántico sin haber
vivido el ser en desesperación
y nunca se es romántico, sin una mujer
a la diestra que te diga:
¡Hombre, despierta,
canta, glorifícate en mí,
vibra en el cosmos,
que te doy el OM de la alegría
y cada vibración del esquema sonoro
de las aguas y de la solidez del quark
en la física del quantum y sus soles!

¡Qué bello es el placer aunque sea breve!
Ah sí, pero su belleza es eterna y nos compensa
y la Naturaleza da dos lamparones, los ojos
para que veas sus cuerpos,
una nariz que magnifica
su aroma, unas manos que descarnan la caricia
para dar células complementarias de infinito...

Y la mujer nos desnuda.
¡Es lo maravilloso!
Que su desnudez nos intime
con tan intenso trámite de esencias
que devuelva la progenie del topós uranus,
en la juventud de la alborada,
que nos haga sudar
la gota gorda por una jerarquía
en los deleites del ser-ahí-sobre-su-reino...

Yo me transustancio porque me necesita.
Me vinculo a la diosa de bellos vellos púbicos.
Me arropo con sus senos.
Acaricio sus dos nalgas
que son mi fantasía.
Ella me reemplaza
con dulzura que gime,
con pasión que es la fiera del origen,
el alfa y la omega, el latido del corazón
que vibra en la molécula,
que vincula a las lunas,
a mares, a víboras, a bisontes,
a las Cuevas de Altamira, a glaciares
con azul de la más femenina transparencia,
siglo a siglo, milenio tras milenio...

Hay una dicha inefable en ser protagonista
de placer y belleza, de asombro y de pasión,
de alegría comunicante, de fiereza satisfecha.
Es una virtud roer de tales huesos y glorificarse
y lamer de esta experiencia,
oficiar en tales templos
al litar sobre la colcha
ofrenda de ninfa,
de mujer, de lingam-yoni
en vez de sobre piedra dura de rutina.

2. La salud
Para ustedes que meditan el ser
y me comprenden
y sospechan cuanto me obsede el erotismo,
la mitopoesía, les comunico:
Cobijad, como yo, el canto,
abrid sus ojos a carteles, a fotografías,
a las piezas escultóricas de griegos y neoclásicos,
a las niñas que pasan, a las chicas del campo.

Mirad a las flores que están
en carne y hueso floridas
como arboledas y pradejones.

Amad a esa mujer que está en la casa
y todo lo que mencione sus símbolos,
sus mitos, su padecer y su alegría,
su necesidad y su capricho.
Todo es el saldo en la tierra de Don Nadie
de las que han sido luz en lo oscuro,
lo bello a la mano!

... por de pronto, revelo este secreto:
¡la salud existe!
y presenciarla en la piel, ajena o nuestra,
es dar ojos a los huesos
para que la sirvan desde adentro,
la gocen desde el tuétano y su calcio.

Vitalizada la sangre marchita
es resurtir las aguas en los sumideros;
es bendecir a las hormonas
(que son nichos de vírgenes y ninfas
y golfiñas, o gopis,
o doncellas tribales de las ansias,
las brujas preclaras de la seidad
y el misterio biótico de la verdad entitativa).

Meditador del ser,
salud es dar belleza a lo posible
y hacerlo es lo más supremamente grato,
conclusivo, compensante, ideal,
el poetizar que festeja su tesoro,
el placer que perpetúa su orgasmo.

¡Qué bella es la salud
de las mujeres y los hombres,
de los niños y los recién nacidos!
¡Qué bella es la hoja verde
por plena clorofila
y la sustancia más roja de los pétalos,
más que bella,
y la transparencia más blanca de las rosas,
los claveles y las margaritas,
un gozo es, esperado beso!

Azul que sea la inmensidad,
azul de crisantemos, azul de océano,
azul la belleza acumulada
del que en el ser medita
y lo halla y lo ofrece
y lo declara por amor.

Yo soy un hombre azul,
romántico sin tristeza de todos los días.
Me trago el alcoiris
desde la jolla subterránea
de mis ojos que se avolcana
en pos de su ilusión
trayéndola a la mirada fija,
a ojos clavados en mujer, en cumbres,
en sueños más duraderos
que el hueso y su progenie.
Que el mundo degradado y sus mundanidades
post-históricas, publicitarias, indecentes...

¡Que se valga mirar como a las nalgas
de las niñas montareces y puras,
como a los senos túrgidos y a las bocas vírgenes,
a lo bello de ese abrirse en esperanzas,
a lo prometedor de esa liberación en ciernes,
a lo necesario de ese restañido de ternura!
porque como sámagos abiertos y brotados
del occiso en el rincón más criminal del ghetto,
brota siempre la posibilidad de lo más noble,
lo oculto, sanador, lo insolícito
que la psiquis estructura,
por amor a lo bello,
por mandato del Eros,
no en azar, sino en olvido.

La esperanza empuja la tapa
del vil caos, primitivo, olvidado
y por artificio de amor, hay cosecha
y se da color de pájaro a los cielos
y voz de truenos a las cumbres.

3. Dolor de parto
¡Qué bello es el dolor de parto,
sus continuidades de fruto,
sus fases intermedias que dan color
a lo gris, a lo incompleto,
sintáxis de futuro y genética
a partir de una raíz
infinitamente interconexa,
programada en libertad
para los cambios!

¡Qué bello el peregrinaje secuencial
y su finalidad cimera: la belleza es triunfo,
fruta madura y en boca saboreada
es del que come y comparte y bendice!
Casi todo dolor es social, innecesario.

Casi toda angustia es culpa, insuficiencia.
... pero ustedes que meditan sobre el ser
y han sido buscadores, testigos, héroes
dentro de este despliegue tan duro de potencias,
¡sed pacientes, yo lo soy
y me duelo a veces hasta ese coño
del ¡ya no más! derramo bilis...
tendrán que haber descubierto como yo,
asidos al dolor de crecimiento todavía:
la larva no es destino,
en todo hay metamorfosis,
el viaje no cesa.

El dolor se deja atrás en favor del poema
que se derrama en la vagina de lo hermoso.
No hay tristeza que permanezca en lo oscuro
sin fluirse al útero de gracia,
a la desnudez vamos, echamos el ropaje
de tirria y de tedio, pies abajo,
nos pegamos a ese cuerpo que hay que lamer
como sol sátiro, caliente de vibra y escozores,
hasta que ceda todo límite
de prohibición y cuita.

¿Que ella correrá como patas de cabras,
que se esconderá de la voz que la llama?
¡Mentira de la Maya, la voz de lo bello
es invencible, su raíz ardiente,
su compensación segura y exquisita!

La mujer es redención en sentimiento
y subirá a la hamaca del deseo
como si la llamara el aire de los bríos
y ¿quién hay? ¿alguno que pueda nadar contra corriente
cuando la mece, con ternura,
el deliquio más gentil de la carne,
su espíritu que da voces, compañía,
otredad de universos plenos y armoniosos?

Meditador del ser, flauta en boca,
con mi canto paso los besos del futuro,
doy el abrazo de esta mañana,
en la tibieza de esta noche
en la cueva de los sátiros.
A pesar de la rémora que detiene mi voz
y de las tinieblas que cercan el diálogo,
ahí anda despierto
un ser cachondo, crítico,
un ser-acompañante
un ser en pos de amor
y de belleza
y orden
y poesía.

02-06-1996

*

ABRE EL CAMINO

Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera,
la certeza de lo que no se ve. Hebreos 11:1

No estaré solo en la batalla si no tengo
la paz del servicio, si no tengo tu presencia
como amor. Sé el modelo; abre el camino.
Lucho la vida que es más que la existencia.
Investigo el cimiento para que quepan
mis días; me entrego a tu silencio
para que sea la paz en mi noche.
… pero no tendré paz si no te sirvo.

Ven y házme obrero, jornalero de tu amor.
Cultiva en mí, flor de tu espíritu.
Sol eres que no se agota.
Yo, la hoja, que pide fotosíntesis;
Yo, la piel, que sin tí es vulnerable y pálida.
Tú, mi zarza ardiente, fuente de anhelos.
Mi biopolítica eres tú, mi deseo
es por fí que se infunde. Tú, la fuente.
En la rivera de tu río, soy la nava.
En los días de tu amor, habitaré.
Sé mi casa porque el desamparo hiere,
castiga. Cuando no tengo nada, Padre amoroso,
sólo la oración de mi angustia puedo darte
y en la soledad que atestigua, quiero que me visites.

Sé entonces la segunda presencia, inicialízame.
Tu fe me provee, pero sin ella, ¿cómo decir
que vivo, cómo aguardar por fuerza y luz
y consuelo? Todo lo que me falta eres…
La vida es más fuerte que nada y tú eres
El todo que carezco y en creerlo, aunque ilógico,
tengo ya amaparo. Fuerza de tu esperanza.
La vida se pulsa, se extiende, si tú le das significado
y te transformas en el fundamento…

10-12-2008

*

ODISEO VIENE

Un pordiosero viene
vestido con las galas del harapo.
Hombre de la guerra asqueado,
armado está con muchos desafíos
más largos que sus años.

En soledad hambriento, tentado,
si acaso por raíces de alimento
muerde de su nostalgia, traga
del desencanto y el acecho.

Un segador es que abrazará a su hijo.
Será el mentor, el guía y tendrá
que inventar el horizonte
y el ocaso que cuelga de catenarias
(hasta el amor de Penélope, tan sola,
que rehilvana los días, la espera,
que destruye en la noche del tormento).

3-5-1985

*

EL PORDIOSERO DEL NO

Llegó cuando los truhanes y parásitos
comen a sus anchas, se multiplican
suciamente como ácaros.
Dilapidan los tesoros, enferman
su mundo y quieren a una reina
que acaricie y patria, con aplauso.

Pero el NO es más auténtico
que las causas prestigiosas del banquete.
El NO tiene la fuerza de la flecha y el arco.

El pordiosero del No entró a la casa.
Vino a limpiar la barrumbamba.
El orden es subjetivo en su fuero,
mostrenco, poderoso, necesario.
No tuvo otra alternativa que advenir
cuando nadie lo esperaba.

Es Odiseo, camino de regreso inaplazable.
Los parásitos no pertenecen al futuro.
Ha tenido de plano que matarlos.

3-5-1985

*

RABIA Y NAUSEAS

En toda aprehensión de cualidad hay... un esfuerzo metafísico por escapar de nuestra condición, para traspasar la blanda cobertura de la nada del «hay» (de la consciencia) y penetrar en el puro «en-soi»: Jean Paul Sartre
¿Qué dejaron como legado a otros las jaurías
que vieron a otros seres preguntando en el silencio
de sus vidas, cuál es la cualidad más pertinente,
la que es mía, cuál es el algo que compete
a mi ser, ser-para-algo?

Rabia, rabia después de la mordida,
rabia en la náusea, rabia y espuma por la boca,
temblor y rabia, resentimiento para el galgo
de presa, mucha rabia.

*

DESPOJADOS DEL EN SI

Ví, conté, los algos entregados por los dientes
de los guardias de la SS en Auschwitz,
sacerdotes con perros infernales, en 1942.
426,000 húngaros mordidos, despojados
de la cualidad judaica, para darles el algo
de la ira, el algo de exterminio, al fin de cuentas.

Ví, conté, me informaron sobre 74,000 polacos
in illo tempore, despojados del puro en-sí
y 21,000 romaníes / gitanos, negados al morderlos
del derecho a dar honra a sus héroes y sus dioses
y del gozo del hacerse a sí mismos
en el quehacer histórico.

Aprehensión metafísica: el contagio
de Auschwitz, asignarles un número de muerte
(la indeseada cualidad tras la blanda cobertura
de la Nada); rabia del hacerlos nadie-rabia.

12-28-2002

*

¿PARA QUIEN ES TU CANCION?

Canta el hombre. Que tal varón haya
y hembra que escuche exista, el dueño
del poema, la cítara, la lira, su proyecto
de música y de flauta, su memoria
de la Musa que lo hizo nacer.

Orfeo tiene la dulzura de los hombres
que a las bestias amansan, duerme
los perros bravos, calla sirenas y trinos
en la mar y en los aires. En lagos
de duplicidad y alharacas; él sobrevive
al dualismo de las cosas. Con música
se disolve la epifanía desfigurada
y el pavor.

Que no muera el cantor
que por amor a los infiernos baja.

*

CITAREDO Y EL LUTO

¿Para quién es tu canción, hijo de Apolo,
heredero de lira? ¿Para quién la ternura
y la fidelidad, para quién la dríade que se muere
mordida a los pies de la serpiente
y a orillas de los ríos de Tracia?

Responde, Orfeo, porque tendrás que aprender
que las dudas matan y el que canta, si deja
su función, se pierde en infiernos mundanales.
Lo escarnecen los insultos de la tierra y el celo
de las hembras en deliquio, hechizadas.

Detuvíste tu canto, de repente,
y la rueda de Ixión no se detuvo. La rueda
siguió moliendo un corazón en la venganza.
Se agotó el hombre que empujaba la roca
de su causa. Desfalleció, como Sísifo,
en tristeza por la pendiente hacia el abismo.

Canta, hijo de Calíope. Pasa tus dedos por la lira
porque los mortales te escuchan y descansan.
Responde a quién va exactamenten tu canción.

Prueba tu amor. Un perro duerme
porque en suburbios de la muerte
das reposo. Dí que cantas por los vivos
y los muertos, no sólo por la esposa
que te ama. Haz un canto social
en los montes eleusinos.

*

CANTA PESE A TODO

El hombre canta y esa es la verdadera pederastia.
Que haya un padre que le diga al hijo,
Talla la lira. Con magia de los dedos,
cohabita en el misterio de los cantos.

Canta por el ensordecido y los truenos
que matan; musita tu respiro hasta las tumbas
del caído; entre la gente pestilente,
enferma en hospitales, en presidios,
en exilios, en las iras del hampa,
ofrece el sortilegio más dulce de una cítara,
la voz más inspirada de tu alma.

Canta, desde el drama interior
del sufrimiento, canta, poeta,
porque el dolor se repite
y prohíbe la alegría.

Dínos agriopemente la amargura
del amor perdido, ablanda el corazón
de los demonios; define la tristeza
para que puedas salir del agujero
que te tiene cautivo a su capricho.

Citaredo, no seas cobarde.
Si no vas a cantar, muere por amor
y no maldigas los dioses.
No golpées con la piedra el don de la alegría.

No escandalices con esa vibra horrenda
de congoja. Se está marchitando la cumbre
del Pangeo, se va secando el prado
sin canciones. Canta otra vez
el canto social y humano del que sufre.

12-03-1986

RIOS DE SER-EN, ESCENARIOS EPINEFRINICOS

Being-in-the-world has always dispersed itself or even split itself up into definite ways of Being-in: having to do with something, producing something, attending to something and looking after it, making use of something, giving something up and letting it go, undertaking, accomplishing, evincing, interrogating, considering, discussing, determining: Martin Heidegger>¿Son escenarios invisibles?
No. Sólo mis ríos mentales, epinefrina.
Salgo a la calle, los oigo.
Hallaré voces que en común me comuniquen.

Descubro que para nada han servido
los textos de extravío cuando, entre tumbos,
salí para encontrarles.

Con verdades sicológicas
y útiles a la mano, ni carpinteros nos supimos.
Ahora es mejor remar, entrar
a yolas en canal epienfrínico de aguas.

Cuando más cautivo estuve
en este cavilar sin fruto, cotidiano, por mi porción
volví al agua y fui a tus manos, Beula.

No dijíste tuyas ni las dijíste míax.
No la cantaste ni a tus hijos.
Ni a mis vecinos. Ni a los tuyos.

No añadiste mi voz a tus horas muertas,
al asueto consolante con que piensas y sufres.
En tu hemisferio ulterior, tu geografía
en la rutina del ahí, nos desconocimos;
por más que dije:
Háblame. Yo me oigo en tí.
Hoy me laamce a la calle
po esos canales extraños
y no llevo texos de extravío

*

LOS DIAS TRISTES

Este día, triste como es,
tiene ojos grises de aparición,
rostro más real que una molécula
y un resplandor que sus perros
ajota a soles fugitivos.

¡Cuántos ojos grandes como ésos
habré dejado de ver sin poder sonreir
desde mí mismo porque existen
en la raíz de la tarde
y son testigos de lo inverificado!

En este día, mitad perdida en otras voces,
¡soy feliz a pesar de mi irresolución
y mi angustia vacía!

Tan fácil, en apariencia, que sería
ir corriendo a tí y abrazarte y darte gracias
por tus ojos grises y profundos.
Tu mirada es un milagro de la noche.

*

LA DANZA DE BEATRIZ

Beatriz siguió danzando.
Esta vez estuvo fuera de los pozos.
¡Tan feliz me sentí que pensé, ¡ay dichoso yo!
mi ser de azogue, encantado en plenitud, tan vivaracho!

Entonces, vino la fiera de la Envidia
para atormentar esa alegría.
Con puñales me cercaron.
Y quise ser un soldado nuevamente.

¡Es que la Cura se manifiesta en el Besorgen!,
me dijo. Los cuidados necesarios
mientan a los otros: Eres, al fin y al cabo,
ser-en, ente con tratos
con lo que son-ahí-también.
¡No estamos solos! Somos lo emergente.

2. Beatriz-IDA

El miedo de perderte fue
la amenaza latente de los otros, Beatriz,
me hizo imaginarte arrebatada nuevamente.
Ida, tragada en nueve cielos móviles
de Maya, y dije: ¡Te he pedido,
finalmente, para siempre!

Te hundíste en el Empíreo inmóvil
donde ya no se puede codiciarte.
«Esta es la fiera impura; no te engañes.
Que no creas que te amo si te amo.
No me codicies más, házme libre.
Voy a estar en tus voces, no en tus egos.
No vivo en las selvas del capricho.
Vivo en la sustancia de tus necesidades».

6-12-1978

*

BAILA, HOMBRE TRISTE

Baila, hombre triste,
sobre los pastizales del día postrero,
entre ninfas ovulares de gravitones
y luces que se rinden en la cama.

Hay dioses sin tambores de señales fatuas.
Aprende que, absurdamente como la vida es,
la muerte es la libertad en plenitud.
Esta te hará crear lo que te falta.

Ya no habrá quien te diga que te zanjes
en fijeza de opresión,
en boca seca de discursos.

Tráela aquí cuando te canses
de la tierra ajena e invítala desde hoy
si abiertos están tus ojos en carne de mañana.

No los cierres sobre el tibio lecho.
Que duerna a tu lado
y te haga Dios con magia de su abrazo
y se desdoble como el Verbo
en segunda mitad de tu esperanza.

Come las estrellas que están en sus besos.
Chupa el musgo de sus senos suaves,
su púbis húmedo como charca de Urano.
Rima en su carne el lodo de creaciones.

Amasa su fortuna, hedoneé,
con manos de ladrón. Seduce su angustia
con tus cinco sentidos,
punta de mazzal...

Si no es su cuerpo tu deleite,
¿habrá sustancia extensa, eros divino?
Hurta para ella el paisaje alternativo.
Absurdamente como la vida es,
ella es la dicha en tí y tú ,
la dicha en ella...

*

TEDIUM VITAE

El día que voy al bar,
noche en que bebo y lito,
el tabernero procura que no falte
del líquido ambarino, santas uvas.

Sabe que invoco tras cada sorbo,
como en el templo.
La misa se inicia con la copa de vino
y puede que Dios entienda que dialogo
con ángeles caídos y tinieblas.

El paladar a las neuronas dice
que somos hombres, tristes algunas veces,
prudentemente socializados
por un desafío común de soledad.

En la cautividad de la rutina,
uno es quien clama, reinventor del ritual.
Alzo pues mi codo, abro mis labios
por horas más felices que el día
del chasco y desaliento.

Bebo de los viejos y nuevos gozos
junto a los borrachos pensamientos.

*

BAJE AL DESFILADERO

En algún instante santo y pío,
fui soldado mortificado por las muchas miserias.
El lobo que en la estepa aúlla
e imagina su Ultratumba por capricho.

Añora el cielo purificador
y las danzas con Beatriz,
la ninfa del estero se asoman.

En algún paraíso la quise hallar,
añorándola también como los viejos zorros.
¿Dónde fui por quererla con incrédulas palabras?

Allá, donde aún se lamenta y se adeuda certidumbre,
donde el clamor se vuelve salvación y rito.

2. Me cercioro que existes

A mitad del camino de mi vida,
te hallé y eras el ritmo de mi propio corazón
y eras el movimiento y afán por desarrollo necesario.
Eras mi noche en la pupila y tú,
que pegas en mis ojos,
Beatriz, y yo yendo,
avanzando, resuelto
con soberbia; a cerciorar
que existes.

3. Me hablaste

«Baja al charco donde no hay ambición desmesurada»,
me dijíste, «que tu cabeza sea como un pez
nervioso, manso, huidizo de ese Yo
despótico y dogmático».

Cada encuentro con el encanto misterioso e inefable,
que vuelva a comprenderse desde las aguas
del puro movimiento y no sea sangre
ni empeño de dominio.
Entonces no sería un pez
en el fondo del pantano.

*

DIALOGO CON SHIVA EN EL INVIERNO
(O meditación de Navidad)


Dialogo contigo, siempre al ritmo
de tu pausa para que aprender
de Tu paciencia y tus apariciones,
pero tu voz se vuelve audible en invierno
cuando el mundo es más silencioso y hay nieve
cayendo a chuzos y en las calles,
poco tráfico, menos abrigo y yo, en mi casa,
solo, en espera de saberme calientito
a tu lado.

Es cuando tu voz irrumpe y comunica
que eres natalis invicti Solis,
energía de mis solticios decembrinos
y palpable ya como la brisita que mueve ramas
en el Arbol del Universo y entregas la máscara
de Frey, que yo pondré apoyada
al retrato de Heidegger
o de akgún poeta que me encuentre leyendo.

Eres para el árbol perenne del mundo,
o reino de Maljut, mi propio cuerpo,
mi esqueleto, con 33 costillas que han visualizado
muchos soles nacientes, con lluvias,
con fertilidades y la tragedia de pasiones
que tensan a los hombres sombríos
que funcionan como ocultos cambios climáticos
o espejos de logías que no se han mostrado
n su verdad a los ojos / soles / luminosos.

Dialogo contigo y siempre en Navdad
me dices lo mismo: Que jamás estás desatento
en el Norte ni el Sur, ni el Este ni el Oeste
y que siempre utilizas la voz como si se tratara
de un vuelo de hojas o mecidas de rama
a la búsqueda de sol, tu clorofila, tu gravedad
en la noche del hombre, «¿pero qué sol
puede haber en la noche, que no sea
un lejano parpadeo de estrellas
o una luna fría como la tierra en invierno?
Luna para algún geotropismo residual
que no sea torque de tu luz
o tu voz ordenante».

... por eso irrumpes y siempre me aclaras
la misma paradoja: «En la noche es
cuando más brillo y más calor doy íntimamente.
Me expando, me perfecciono en el hombre,
en el amigo, en mis amados, abundan
mis consejos prácticos. A tí los doy
para que me recuerdes cuando te monologues
creyendo que no estoy atento».

Dialogo contigo, pausado en paciencia
cuando tu voz que siempre,
vuelve audible en el invierno tarda
aunque dirá lo mismo con un añadimiento
muy gozosp, «sé, como yo,
Tu Padre Shiva, creador de Frey,
árbol de invierno, dios de día y noche,
sé más de lo que eres, mejora ad infinitum
sé como yo que me expando y mé caliento
contigo cuando hace frío y enfrío mi ncuerpo
cuando hace calor... Cuando tiendas a creer
que estallarás como big bang en precario,
energía de entropía negativo, aprende
a decir «No» al fracaso.
«Shiva sabe hacer y sabe estar»;
tiene ganas del diálogo contigo,
pero hay que saber hacer para poder estar.

2.

El tiembla como una hoja movida por la brisa
de mis mantras y me dice que existen
siete cielos hacia el Coito de Amor infinito
o Dormir delicioso al que llamar
NIRVANA... «¿Y que te gusta más?
¿Dormir o estar Despierto en el Coito?

3.

Cuando Shiva está despierto no existen secretos
(es como si Heidegger me develara
todo su hermenéutica que saca la Logía,
la verdad de lo oculto)... con Shiva, yo me siento
la parva de Parvati y me descanso
en la red de pelos tántricos
de su Vulva cósmica de consorte.

4.

Cuando yo quiero nacer en tí, venciendo
el asno de las EMES, las vaquillas de la erranza,
hago purificaciiones en tus cinco sentidos
y te retiro del imperio de las gavias panochas
diabeteras y las mansas bullangas,
cancerosas, y te invito a festejar
el invierno conmigo; yo, Shiva
y no del Guadalajara,
me comunico y guardo ka raja
del invierno para que esté conmigo
audible, palpable, goloso, placentero
porque la panchahavya verdadera
será servida en la misma mesa
al lado del Arbol de Yggdrasil
en la Noche de la Bendición.

Fiesta de Weihnachten tendremos, Carlos,
para que escribas 'puranas' y untes mantequilla
a la herida, e hinchazó, que deja
una vivencia de dolor; beberemos leche
de la Epifanía, porque com niños
sin destete seremos hoy...
queremos intercambio de la Edad de las Edades,
Maithuna cósmico, Carlos.
ya no requesón de la mundanería
ni que con orina n
os bauticen perversos.
Con sus heces se nos cagan encima
los demonios en barcos de Matsya
y pescado, de Mansa y carne de burro.

5.

Comienza, poeta, a mover tus deditos
y dibujar con las manos (¿uñas, yemitas
para kis mudras, pa' qué les quiero?)
el Llamado Invocativo. Haz señales,
gestos de rap sagrado, mudo lenguaje
de dioses que recojeremos granos
de prados celestes, graneros maravilllosos
donde hay nueces, almendras, sano alpiste
de sabios cantores
y del vino / mada que beberemos
antes de la Sadhana le daremos a Ella
porque Parvati viene, házle mudras con la mano,
deéjala arrastrarse y ascender, y como cobra serpentina
viene y se vuekve tu shakti y se enrosca
en el corazón y con amor te muerde
en sucesivos puntos chacrales.
Necesrio en la sadhana que la imagines,
que la mateialices con tu yantras visuales
y que le cantes tus mantras
porque le encantan los magos del lenguaje.
Poeta, no estarás solo en Navidad.
No faltarán adonitos
para el Arbol del Nuestro Universo.

Me haré audible otra vez como en invierno.
Deja una ventanita abierta que vengo.
Te pondré regalos en la chimenea.
Carbonilla no vieme; pero haré que vengan
duendes navideños y te traigan
tu trulla y en tus zapatos
por mechón de yerba, bendiciones
para tí y quienes amas

12-12-2008



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