miércoles, 30 de noviembre de 2011

Rayos por celo de tu cuerpo / Cuentos




Rayos por celo de tu cuerpo
[Cuentos y microrrelatos]



INDICE


Obediencia
¿Por qué se mató al cocinero?
La vanidad del Capitán Lizón
Don Perico
El viejo loco y el mar
La injusta distribución de los colmillos
Teoría de la soledad
Los vendedores de soñarreras
Liza y las quimeras
El iluso despabilado
Asunto de amor, o de higiene
Cornelio, el puerco
La carta maloliente
La afrenta de Tres Palmas
Rayos por celo de tu cuerpo
Celo el cuerpo de Pedro Liciaga
La anemia en las alfombras del banco
La tentación
El desierto, soledad sin caminos
Por celo de tu cuerpo, Simón
El gran robo hipotecario
Predicador de la 'única forma'
El animal hombre
El arresto de Hernán / Brinca Charcos
La Cucosa de Cucusa
Panchatantra
El testículo
Cento Nuptialis
La promesa de Simón Gil
La ley del coño
La ricura de Cuca
La Cenicienta pobre
Matineé



OBEDIENCIA

Después de masticar filosofemas en torno al derecho a la autodefensa, la violencia iniciatoria y las ironías de la vida, tras la ronda de una quinta cerveza, se apareció el jefe de los sicarios y ordenó al gatillero que parecía más reacio a completar del modo más riguroso la orden dada, que cumpliera con el siguiente despacho: «Cinco tiros en su cabeza al mediquito de mierda. Que ya no vuelva a fallarnos».

Advirtió aún más: «Parte, sin protestas y házlo hoy mismo». Le dió el nombre, dirección y el arma cargada con diez balas. «Mátalo con ésto».

Cuando lo vieron de salida, los otros cinco gatilleros se rieron. El jefe dijo. «Estuve pensándolo bien antes de mandarlo a él; pero, como lo escuché dándole lecciones de piedad a ustedes, lo elegí y, si él fallara, usted», aquí señaló al más 'blando' de los restantes, «va, sin protesta, y lo mata». Entonces, intensificaron las risotadas.

El gatillero llegó y preguntó por el médico, su víctima asignada. En el consultorio, anexo de la casa de campo, vivía su esposa y empleada, quien lo recibió. Era una muchacha que no tardó en reconocerlo. «¡Primo!», exclamó la recién casada al verlo. Estaba más hermosa y crecida que la última vez que la vio; pero sería difícil olvidarla, Desde niños estaban enamorados y su voz, inolvidable, es la misma.

«¿Y ese anillo?», preguntó agriamente. «¡Me casé!», dijo con su franqueza cálida, el alegre metal de su voz, su alegría. El evadió diálogo y que se le acercara, al recordar el día que se fue al extranjero. Los padres les separaron porque eran primos hermanos y en edad de calenturas. Las vidas de ambos jóvenes tomaron otros rumbos.

«Llama a tu esposo». Fue innecesario. El médico llegó, vestido aún con la bata blanca y se puso a sus órdenes. El gatillero cumplió obedientemente las instrucciones. Ahorró el mínimo de tiempo. Fue cuestión de medio minuto para que le diera cinco tiros en la cabeza a cada uno y repasara lo que había dicho a los gatilleros antes de la misión.

«¿Por qué no me escribíste? ¿Por qué no hicíste el esfuerzo de buscarme?» si ella lo hubiera hecho y oportunidades tuvo, él no se habría hecho sicario. Ni habra tenido que matarla. Convencido de ésto, salió feliz y silbando a paso lento hasta su carro.

23-9-2004

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¿POR QUE SE MATO AL COCINERO?

Al Gran Cocinero de Blasfemias se le asignó una misión en Alemania, a pocos días del atentado explosivo en una discoteca de Berlín. Lo primero que cocinó fue un guiso de mentiras en torno a Gadafi y, sin embargo, el sabor no fue convincente. Hubo que exonerar al culpado. «Esto no fue cosa de libios», se supo. No se encontró prueba que implicara contacto del sujeto con Gadafi ni con sus condimentos. En el año 1977, también se le implicó en el derribo de un avión comercial de pasajeros, pero la mentira del Cocinero de Blasfemias no se sostuvo. «Es la segunda vez que fallas, cocinero».

El jefe de la investigación confesó años después que la principal prueba encontrada en la escena, el reloj de la bomba de tiempo, fue una evidencia plantada por la CIA y la MOSSAD. Otro testigo, el primero que echó de cabeza al cocinero por tan mediocre ensalada, admitió haber recibido 2 millones de dólares para mentir en el juicio que se preparaba contra el blasfemado. O víctima del cocinero.

«Hay que buscar quien nos cocine una perfecta receta para el odio», dijeron al cocinero. Se quería el caldo hirviente de todo el petróleo de Libia. Y parece que no lo cala la política es mezquina de sus adversarios y él es indominable. No juega en estos banquetes que Occidente prepara.

El Cocinero dijo, por intentar algo nuevo: «Hagamos que el pueblo lo odie. Inventemos que comete matanzas y que Libia vive en opresión y hambre. Aunque siguió preparando sus gastronomías mediáticas, no se pudieron probar las masacres aludidas en un plato servido de epopeyas y la misma Organización Mundial de la Salud informó en 2009 que, bajo el mando de hombre al que echaban vituperios y por quien se cocina tanto, para el consumo noticioso Libia presenta uno de los más altos estándares de vida en el continente africano, un porcentaje bajo de analfabetismo, acceso universal a la educación, y en general una expectativa de vida elevada en relación al resto del continente.

«Es la tercera vez que fallas, cocinero». Y para simplificar las cosas, prescindiendo de las torpezas, la OTAN tomó el mando. Impuso sanciones contra Libia. Le confiscó el dinero depositado en bancos extranjeros. Bombardearon el país, se destruyó la infraestructura que más necesitaba el pueblo. Y llamaron al Cocinero, en desempleo, pero retenido, a que fuera testigo de cada eventos y aprenda.

«¿Ves cómo se hacen las cosas cuando nos fallan los inútiles? Quiero, entonces, que lo conozcas y cocines para él». Lo llevaron a la Ciudad Natal, donde se había refugiado el rebelde. Y, tras la captura, los mataron juntos. Para Occidente, eran un par de inútiles.

>b>05-09-2007

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LA VANIDAD DEL CAPITAN LIZON


a Mercedes Abrego de Reyes
«No somos tan malos. Vas a tener la oportunidad de despedirte de tus hijos», le dijo el soldado que la aprehendió en una casa de campo, la encarceló unos días y ahora prepara el lugar de sacrificio. «Mi Capitán Lizón dijo que permitirá que se hagan oficios religiosos en la capilla».

Habían pensado que son sus manos las que deben mutilarse. O su boca, cortársele la lengua porque frasea fevorosamente cuando tiene ocasión por su admiración por Simón. Testigos confiables, simpatizanTes del Capitán Lizón, vieron que lo conoció personalmente en Cúcuta y parecían cómplices y conspiradores viejos. Fue antes de la Campaña Admirable de 1814.

«No somos tan malos. No te cortaremos la lengua ni tampoco las manos. Tus vecinos de Cúcuta echarán de menos que hablas muy bonito, saben exolicar las cosas y enseñar, y además, con sus manos ornamenta las iglesias de Villa del Rosario, mi pueblo, San Antonio y dirán que tenías las manos benditas de arte y la lengua gustosa de conocimiento; pero, mañana, l3 de octubre, estáte preparada para morir. Molestaste a mi capitán. Erraste como espía y colaboradora del enemigo en el Valle de Cúcuta y con ejércitos republicanos, lástima. Grave es que ofendíste a mi capitán con el asunto del uniforme. España y él merecen uno».

A final de cuentas, le cortarán la cabeza. «No somos tan malos. De ahora en adelante, serán muy fáciles las victorias sobre Paula Santander y lo que has dicho, con tus espionajes, se cambiará para desorientarlos, se neutralizará. tus informes secretos. No vencerán otra vez en San Faustino y Capacho, contra las tropas de Matute y Cañas».

El capitán Bartolomé Lizón nuacaba una mujer espía desde hacía rato. Era doña Mercedes Abrego de Reyes. A Santander, pese a sus espionajes, lo en el llano de Carrillo, «pero faltabas como el trofeo de mi capitán... Mira que no somos tan malos. Te voy a decir por qué te mandará a decapitar mañana. Con tus manos, hicíste una casaca bordada en oro y lentejuelas, a Simón y éso lo ofendió ad nauseam más que si te unieras a campañas libertadoras, con todas las mujeres de la Nueva Granada. Ninguna casaca ni uniforme militar puede ser más hermosa que la suya».

En fin, que fue decapitada el l3 de octubre de 1813.

01-05-2002

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Don Perico

A Pedro J. Jaunarena Oharriz,
nacido en 1885, en Iturren, Navarra

a Pedro Tomás Labayan Jaunarena,
amigo y notable pepiniano, fallecido
Contaba Piri Márquez, en programas de radio y en tiempos en que fue llamado el Pajarito Investigador, que su afición a la locución fue por causa de Don Perico, inmigrante español a Pepino, tío y padrino de Pedro Tomás, último dueño y administrador de Laurnaga y Co. En su tiempo, antes de su muerte, el tío navarrés y esposo de Quintina Ramírez, pepiniana, fue el contable. Curiosamente, no separan al uno-ave del Don Perico humano.

El mote de pajarito investigador fue homenaja a la cotorra de Don Pedro. Homenaje de Piri, reportero madrugador en la radio. El pueblo dio otro homenaje a Jaunarena Oharriz. Le dio el Don de Perico, como si una cotorra fuese siempre para ser copia del dueño, o un perico siempre una cotorra que acompaña e identifica al dueño, a quien le enseña indiscresiones. Para investigar las diferencias entre dos entes, Piri les investiga a ambos por separado. Descubrió que la cotorra o perico, «lo que haya sido», sólo repite sonidos cuando escucha la radio. Sin embargo, Don Pedro / el Perico / cuando lo azuza la nostalgia de España, el dolor de Pedro Jaunarena, el Manco, esposo de Doña Cleofe, durante aquellos tiempos amargos de 1898 y la violencia campesina en el Pueblo, es cuando más habla, en voz alta y a solas. Don Perico, periquín a escucharle...

En realidad, Jaunarena Oharriz fue como todos los vascos y navarrenses en el pueblo entonces: una comunidad cerrada, recelosa, unida entre ellos por los vínculos de familias, sus propias cofradías, sus silenciosos y ocultos hábitos, siempre elitistas y amigos de incongruencias para que resultara difícil el juicio que los objeta, porque, obviamente, no son como otros, no criollos, los desean. Evitaban, más bien, nexos con criollos y con populacho.

Don Piri no duda que Jaunarena adora su cotorra. Es más, pasea con ella. Mas cuando tiene la nostalgia de la idiosincracia apaga la radio. Demanda silencio de la cotorra. Y Don Perico se calla porque se calla. En esas horas, dedica algunos pensamientos a los viejos Laurnagas que se regresaron a España; recuerda a los Echeandía Vélez (y los Medina) de Cidral, a Micheo Irigoyen, Zarratea y Martiarena, a parentela del ex-Alcalde Manuel María Liciaga, que fue gente muy diferente a los emparentados con los Méndez y González.

Don Perico, por unas pizcas de simpatía pública, se vale de su cotorra, mas la utiliza como el recurso de apoyo que estiló de viejo, don Victor Primo, con sus bastones labrados. Jaunarena Oharriz tiene uno. Bastón de araguaney, color aceituna, y no lo comunica como el viejo Caballero Don Primo, pues, más bien, al caminar, va metido en su propio fondo emocional y en la historia y rezuma un aire cogmatista de Zenón, el Estoico. El no fue conversador. Tenía timidez cautelosa y no quería el pleno acercamiento; pero, ahí está Don Perico. Avecilla verdigrís, Myiopsitta monachus, con su pico amarillo. Será de origen suramericano, del Uruguay tal vez, de donde le vino el bastón de color aceituna.

A veces al navarrés, el Pueblo de Pepino se le antoja lleno de distónicos. El afán de poder de unos y justificación religiosa, de otros, la apetencia de controles en un juego colectivo, nos hace camaleónicos, carnavaleros, mentirosos. Seres con una afectación neurológica difusa que asemeja la demencia cuando le hablan a su pájaro. Nadie le pregunta algo profundo, emocional o histórico. Es una cotorra muda del pasado y pocos le interelan directamente. No es humano, es perico.

El no se resigna a que sea así. No quiere estos juegos; prefiere ser Zenón el estoico y no hablar con el populacho que ha de aportarle poco. No se esforzará en quererse democrático si el pueblo cree que no lo es. «El que quiera hable con Don Perico. Sí, con el Loro, pero no conmgo», parece que dice cuando está más triste.

06-04-2003

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EL VIEJO LOCO Y EL MAR

Don Selacho es un cuenta-cuentos del sector costero y alega que es quien más conoce de los grandes predadores. Las aventuras que cuenta sobre la vida marinera tiene un encanto épico de piratería. Se ha enfrentado a monstruos tales como el Tiburón Ballena, gigante que suele llamar Rey del Imperio; otro menor, pero no menos temible, el Tiburón Toro, al que ha visto en desplazamientos hacia las aguas dulces de los matorrales.

A veces habla sobre el Tiburón Blanco y parece que lo asocia al racismo. Ha narrado sobre un Tiburón Tigre y parece que habla de las selvas. No es que el cuentero sea, por socialista, Don Selacho el pescador disparatero. Bien que sabe lo que habla cuando se designa experto en tiburones, no sólo en guisarlos. Aprendar de ellos su consigna. «Son silenciosos; pero siempre están despiertos. Camarón, no te duermas, que viene el tiburón y te huele».

Los silenciadores del tiburón son sus propias escamas y dientes. A distancia se relamen de gusto y huelen tus carteras, moléculas que tengas de billetes o de frutos con valor productivo. Los tiburones depredan el trabajo ajeno. Ven lo que les conviene en condiciones de poca luz y poca ley y eso explica la creciente disparidad de recursos en mares con revueltos oleajes y aún en profundidades.

Los tiburones son las grandes super-estrellas de los congresos. Deja el silencio de las profundidades del capitalismo en el agua y alborotan la superficies de las olas, pidiendo aún más privilegios para que no se pesque su carne. Batallan la rebaja de impuestos para su beneficio si es que se ha de proveer empleos a pequeños selachos. El pescador costero es un rival que los guisa, piden que se les pesque sin piedad y, porque es socialista, a los tiburones los menciona con desprecio como si fueran escualos / escuálidos homicidas en mares del Norte.

16-05-2004

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LA INJUSTA DISTRIBUCION DE LOS COLMILLOS

El hombre se preguntaba, en voz alta, por qué es la burla del pueblo. Sucede que tiene o poca quijada o una legión de dientes. Y él hace sus sacrificios para que no se le tome a carcajada, cuando se babea. Mas lo que dice casi mortifica a sus testigos. Curiosos, noveleros del pueblo; se quedan hasta el final, porque de ninguno se aprende más que de él: De Colmillón y su eterno tema, la injusta distribución los colmillos, mientras el sistema económico de explotación en su patria, Norteamérica y el mundo funciona a favor de los ricos, a los que él alude por los 'colmilludos'.

Esto es lo triste: Que él encarna biológicamente unos enormes colmillos; pero le falta encía, espacio para tenerlos bajo el cielo del paladar. Su boca es un disparate y es pobre, lo ha sido desde el nacimiento, para sufragarse el servicio dental y estático, si acaso es tanto lo que molestara a su barrio con su presencia dientuda. Entonces, el diario sacrificio es denunciar que, entre 1979 y 2007, el 1% de los colmilludos con los ingresos más altos, los incrementaron en un promedio del 275%. La fecha es importante: él se vio forzado a sufrir, porque nadie le ofrecía empleo o tenía poca quijada o una legión de encías.

6-01-2008

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TEORIA DE LA SOLEDAD

El propietario de la Discoteca El Tártaro es un filósofo de la prosperidad. Sus ideas parecen sencillas, apuradas conceptualizacones y, sin embargo, son observaciones rigurosamente aprendidas en las cenizas de la noche. Es un hombre solitario y noctívago. Y, cuando sobre la prosperidad es que se habla, la tiene. «No hay prosperidad sin tener buena tenazas», dice.

El Tártaro es su metáfora del mundo. Las arañas pagan por estar ahí. Todos, aún sus enemigos potenciales, gastan su liquidez en el lugar. Derrochan lo que tienen y no tienen pero la ilusión de lo tenebroso, luces sicodélicas y fantasmas, entre hilos de plata, como en una telaraña infernal que se asimila si vendes licor y alucinantes y predicas que hay que saber y querer vivir. La vida es libidinal, agite de nalgas. Quienes creen en las formas del meneo y el disfrute creen todo lo que él atrgumenta. Lo declaran un sabio y él, únicamente, un solitario empedernido, que sabe cuándo y con quiénes utilizar su aguijón, sus fuertes tenazas, su ponzoña venenosa.

Una que otra vez, Aún los solitarios buscan a sus homónimos y se vinculan en tareas afines, cazar más que amarse. El marcado gregarismo es inconveniente. «La actividad del apareo debilita. Es más peligrosa. Extrae de la sobrevivencia el poder del celo y la energía, la paz de tu soledad. Entonces, te apendeja», dijo una vez a cierta alacrana que pedía matrimonio. Por poco y lo tienta, mas se acordó que no es bueno que se comparta la guarida con nadie. De hecho, su prosperidad ha sido conseguida gracias a ahorrrar el gasto de hembras demandantes, vanidosas y, sobre todo, crías y parásitos de manada.

Claro que cree en cazar juntos, en colonizar espacios áridos de vez en cuando, probar el traspaso del veneno pero una vez tiene lo suyo, su base vital, hay que separarse, optar por su pedazo de Tátaro y aprender la propia teoría de la soledad y el individualismo.

07-03-2002

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LOS VENDEDORES DE SOñARRERAS

«Energy and persistence conquer all things». –Benjamin Franklin
Muchos que hablan sobre The American Dream debieran ser más honestos si tan patrióticos son y si de veras respetan al prójimo, por lo menos, que no invadan como intrusos la noche. Norteamérica, desde el tiempo de las Trece Colonias y los Padres Fundadores, de lo que se trata es de mercadear entre desvelados cuaLquier ocurrencia, no de que se induzca un proyecto formalizado de nobleza cooperantiva y rentable, sino de espantar el descanso incentivando adquisiciones individualistas y más desvelo. La sensación consecuente es una soñarrera. Se suma alucinación al desvelo.

No se venderían los 'sueños' sobre oportunidades de riqueza si se estuviese con plenitud e inteligencia en alerta. Lo que sucede alrededor de la clase trabajadora es que hay demasiados vendedores de inutilidades e ilusiones. «Gente que se cree que trabaja porque habla mucha mierda». Los 'sueños guajiros', como los agarrapendejos de los Grandes Listos, se venden a los cansados, desprevenidos, apáticos y decepcionados de cualquier rutina. Mientras the mainstream media alardea den torno a la mucha energía disponible, o contenida en oportunidades de riqueza, los intermediarios merolicos, listos alacranes de la noche, se encargan de traducir en mera propaganda la sabiduría de tal energía. Venden el tomarse el riesgo, invocar la persistencia, todo menos el sustancial secreto, cómo se adquiere la energía, la cosa verdadera, sin tanto misterio.

Uno que vino a mi casa me comparó con una cucaracha que vibraba, a cincuenta centímetros de distancia. «Si fuese malo como el alacrán te comería» y aún así pudo oírme, yo hacía mis gárgaras nocturnas, presto a irme a la cama.

«¡Pues no!», dijo con su sensitivo tricobotrio. «Eso de acostarse temprano es una haraganería». Mostró su equipo genital, sus pectenes ostentosos. «Hay que dar gusto a esta energía». Tenía un automóvil de lujo, pero prefirió mostrarme cuatro pares de patas ambulatorias. Las patas delanteras tenían tijeras y tenazas; yo me lavé mis dos ojos, como si viera visiones engañosas. Además, tenía par de ojos mediales, con otros cinco ojos simples menores, de los que dijo que proporcionan orientación básica cuando falta luz solar y de luna.

«Esto es parte de la riqueza. Estamos en la tierra con un propósito», me dijo. «No podemos ser incapaces. Si otros acumularon una gran riqueza. también nosotros podemos. Tenemos que poner el American Dream en acción», agregó. La secretividad e inesperada irrupción suya no agradaban y pedí que nos reuniéramos no en esa noche, cuando más apendejado estoy; sino en el día. En las mañanas madrugo y mi vida es frugal y de trabajo duro. En el esquema tan desigual distribución de ingresos y riquezas, soy miembro de una clase media que desaparece.

La injusticia social es tal que me persigue. No es novedad. Me fisgoneó a la distancia; me buscó entre lo oscuro y me acusó de que si no gozo calidad de vida es por conformismo. En fin, me revestí. Lo acompañé al antro. Una sesión de inútiles, reclutados para oir soñarrerías. «Hay mucha riqueza en el mundo. Mucha energía», decía. Lo que no explicó fue dónde, quiénes la tienen y cómo se les quita. El Gran Listo, vendedor de soñarreras, dio con la cola en varios de los presentes, empozoñándolos con el Sueño Americano. A mí el coletazo no me alcanzó, pero perdí una noche de necesario descanso.

17-03-2002

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EL ILUSO DESPABILADO

Lo mejor que ha sucedido en Norteamérica — según lo medita un hombre que se identifica por la radio como el Despabilado— es que en la base de la comunidad, ya muchos se dieron cuenta que no somos lo que decimos, una justa sociedad capitalista. Cada decenio es más evidente que la élite empresarial y la suma de casi todos, sino todos los políticos, son horda maquiavélica. Juntos forman el Leviatán. «Nos hemos convertido en un monstruo».

«Lo mejor que ha sucedido es que aprendimos que no se puede vivir para soñar. Que los políticos nos llevan a ciclos de devoramiento y que debemos despabilarnos antes que nos destruyan».

El iluso despabilado telefonea a radio-bembas de la nación y lo hace en nombre de unos diez millones entre otros 55 millones de oprimidos hipotecarios en los EE.UU.. Al aire, alega que burócratas de gobierno, banqueros, vendedores de servicio, artículos innecesarios, materiales lujosos, constructores, urbanistas e intermediarios, han mordido en la carne de la elemental ilusión de espacio propio, su autonomía habitacional y una casa que él habría construido a un costo de $30,000 o menos, una como la suya, ha costado tres veces más en materiales y permisologías para que, a final de cuentas, por oírlos con credulidad, sea menos suya que del banco. Los deudores de hipotecas / los diez millones del sector al que pertenece / deben más dinero que lo cuesta su casa en el mercado. Y millones las han ido perdiendo

«Pero, ¡que bueno que ocurre un robo escandaloso, crisis en la vivienda, un desencanto con la extrema desigualdad económica que fue escenario de todo y nos tiene en marasmo y asustados, con marchas de indignación en 300 ciudades y las Legislaturas paralizadas! ¡Qué buena la polarización política y que podamos identificar a los hijos de puta que nos piden el voto! ¡Qué bueno que el consenso crezca entre los viejos ilusos y crédulos! Consenso para despabilarse. Ya sé que no se puede vivir de ilusiones. Carnaval de tontos es la democracia y creer en ilusiones justicieras del capitalismo, en las sociedad de nuestros predadores, es el más imbécil de los actos!»

05-09-2007

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ASUNTO DE AMOR, O DE HIGIENE

Estaba tirado, con dos tiros en el pecho, sobre la esquina de un Salvation Army. No moría aún. De hecho, su alerta conscientivo percibía a las mil, pero la hemorragia manaba a raudales. Valoraba lo que hizo. Fue heroico para un desamparado de Sky Road. Después de muchos meses, por un motivo que parece frívolo, se animó a bañarse.

Creyendo que nadie lo observaría, se robó un calzocincillo, de paquete. Otro cliente en el baño del Salvation vio que extraía el calzoncillo de su envoltura de papel celofán. Al principio, creyó que el presunto pillo tomaba lo suyo, pero avisaron sobre tal hurto.'Sé quien es el ladrón'. Por quererse meramente colaborativo, se asustó después que se estrenó una pistola, adquirida ilegalmente, vaciándole dos balas al pecho del acusado. «No es justo», habría explicado el que agoniza. Tenía promesa de amor.

«Si me hubieras dado tiempo de explicarte, habrías entendido». Una promesa de amor o placer es el mayor incentivo para la higiene. Un calzoncillo pulcro, bien lavado, nuevo si se puede, es tesoro, herramienta de impacto. Detalle de conquista cuando uno se desnuda ante la pareja que admite consensualmente darte toda su noche. Es rumbo a halagarla.

Llevaba años sin sexo, despreciado como un apestoso. Sentirse peor que los pordioseros por no tener placer a ratos es peor que dormir en la calle. «Estaba seguro que alguien me llenaría de ternura», pensaba cuando acabó de morir.

03-11-2000

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